20101211

Vínculos

with 8 amiguetes que comentan.

No creo demasiado en espíritus ni en fantasmas, ni en nada que se defina hoy día como “paranormal”. Obsérvese que uso la palabra “demasiado” y eso deja un resquicio de duda, lo admito. Mi cerebro me dice que todo aquello que, a priori, no tiene una explicación lógica, seguramente la tiene pero no llego. O no llegamos, en general.

Si es cierto que, dentro de lo racional, he sentido y siento vínculos tan sólidos con cierta gente que ni siquiera puedo explicar. Lazos, hilos, lo que sea, que ahí están y siempre son mutuos aunque nunca se nombren. Diría que no hay necesidad.

Yo ese vínculo lo siento con tres personas, y una de ellas hace más de veinte años que no está, o que está sin estar. Mi abuela materna, mi abuela María, mi tocaya, mi abuelita: qué más da que la sienta cerca porque quiera que esté cerca, o porque esté en realidad. El 9 de Abril de 2007 me libré de irme al carajo por tres segundos y todo se cayó delante de mis narices en lugar de encima de mi crisma. Y lo primero que pensé, sin dudar, es que ella me lo había evitado. No era mi momento, quizá. O igual sólo fue casualidad, o no, o qué más da. Aquí ando.

La última vez que la vi está grabada a fuego en mi memoria pese a mis quince años escasos : ella se despedía de mí llorando en la casa del pueblo, como siempre, y me decía que se iba a morir, como siempre, y que ya nunca nos íbamos a ver. Todo como siempre, salvo que esa vez supe que era verdad.

El otro vínculo es mi padre, y eso que apenas hablamos. Nos separan 600 km y cada vez que llamo por teléfono hablo con cualquiera menos con él. No hace falta. Él sabe que esos hilos comunican más que el teléfono y ya está. Y esos cables raros que sólo me unen a tres personas me han avisado de tantas cosas, y tan pasmosas, que no puedo más que creerlo pese a mi cerebro cabezón y racional. Por eso supe en el 93 que los cables no se romperían entonces, cuando todos lloraban. Por eso supe en 2005 que estaba a punto de perderlo, pero que quizá, quién sabe… un hilo de seda sigue siendo un hilo. Y ahí anda.

Desde entonces mi madre cree que soy medio bruja y se agarra a mi opinión como a un clavo ardiendo. Pero yo sólo atino o he atinado con esas tres personas, así que que no me pida nadie que le eche las cartas porque le tomaré el pelo (tengo experiencia, ya lo he hecho XD).

La tercera es mi sobrino mayor, que o mucho me equivoco o anda también unido a los hilos que me atan a mi padre. Hace seis años era un bebé con aspecto de rana, como todos los bebés. Yo no quise cogerlo en brazos (nunca quiero ¿y si se rompen? que se le rompa a otro, yo paso) pero me senté en un sofá y me lo plantaron encima, sin anestesia ni nada. Tenerlo en mis brazos y echarme a llorar fue todo uno, aunque para ser honestos yo andaba con los nervios desquiciados entonces, tras diez días metida en un montaje internacional.

Hoy me han dicho que está nervioso porque el lunes iré a buscarle al colegio. Que está pensando qué se va a poner para estar guapo. Que le cuenta a todo el mundo que “ya viene latitaMari”. Y a mí no se me olvidará nunca la vez que aparecí en el colegio sin avisar y me miró como si yo fuera un rey mago que aparecía por sorpresa, sólo para él. Ni se me olvidará cada vez que intenta tomarme el pelo y hacerme creer que ha visto un tiburón en la fuente del parque, o cuando me reta a ver quién de los dos sabe decir más colores en inglés (¿Pues no me pilló con “purple” el enano dels collons??) Ni se me olvidará jamás como mi padre, tan serio, tan señor, hace puzzles de Mickey Mouse con él o discuten sobre si los dragones existieron o no y me acaban pidiendo opinión a mí (cosa muy peligrosa, por cierto).

Hilos. Vínculos. Lazos que no se pueden romper porque no se ven ni se pueden explicar, aunque yo no pueda evitar darle vueltas.

¿Será genética? ¿Será olfativo? ¿Será será será, qué leches será?

 

hector y yo

8 amiguetes que comentan.:

  1. Loli Pérez dijo...

    María, no sé lo qué es, si son esos vínculos invisibles que te atan de por vida. He llorado leyendo tu "Rilato", y mira que llevaba tiempo sin llorar. Bueno, llevaba años, pero el otro día iba en el autobús, pasé por delante de los puestos de flores y me acordé de cómo me miraba mi padre, con el que tambíen me unía un vínculo muy especial, y emepecé a llorar a moco tendio...
    Y ahora leyento esto tuyo XDXDXD

    La foto-dibujo esa está genial. Sois unos suertudos tú y tu sobrino, de verdad.


    besiños
    L;)

  2. Elysa dijo...

    María sólo esto... Te quiero.

  3. guille dijo...

    Le llamo afinidad, y cuando se da no hay nada mejor.

    Y es igual el tiempo que se este separado, al encontrarse, al empezar a hablar es como si se hubiera hablado hace un ratito.

    En los fantasmas no creo, pero en los yu-yus, si.

    ¿Quien me cambia las cosas de sitio sino?

  4. Anónimo dijo...

    No sé si es sólo afinidad... Lo que cuentas lo siento yo con alguna que otra persona más. Con tres grandes amigos, con mi madre e incluso con algún/una conocido. Eso es empatía. Tengo mucha suerte, creo.
    Esto es algo más, es como una línea continua que te hace saber si el otro está bien o mal, pese a la distancia, es de lo poco irracional que no discuto porque me pasa, aunque no lo entienda ni lo sepa explicar.
    Y con esto y un bizcocho, voy a ver si soy capaz de meter al gato en el trasportín (gran drama felino habemus) XD y me voy pa Barna.

  5. Anónimo dijo...

    Elysa :)) Besos mil rumbo a Valencia.

    Loli, si hay que llorar se llora, no pasa ná. Yo soy muy llorona, pero sólo lloro de rabia... o con según qué peli.

  6. Pedro Sánchez Negreira dijo...

    Me has emocionado. A ver si algún día te cuento yo de mis hilos ...

  7. Anónimo dijo...

    Pedro :)
    Seguro que son grandes historias, transoceánicas!

  8. Loli Pérez dijo...

    María, en mi blog te dejo una propuesta!!
    Ven por ella!!

    Besines
    L;)

De todo un poco:

11M 11S A dos metros bajo tierra Abril Rojo Ácido sulfúrico Adrián Lastra alambre Albert Camus Álex de la Iglesia Alta Fidelidad Amélie Nothomb Amor Amy Adams Amy Winehouse Annette Bening Antonio de la Torre Ardiente secreto Arrós Covat Balada triste de trompeta Basado en hechos reales Begginers Beirut Belén Esteban Best-seller Bestiario Billy Idol C3p-WEBO Cajón desastre Cerezos en flor Chirbes Christian Bale cine argentino Cisne negro Cómic Concursos Conversaciones con mi jardinero Crazy Heart cumpleaños Daniel Sánchez Arévalo Darren Aronofsky David O. Russell David Safier David Trueba Dejad de quererme DEP Derrumbe Desorden moral destino dibujines Diseño divagar editorial Península ejercicios El año del desierto El corazón de las tinieblas El corrector El cuarteto de Alejandría El discurso del rey El extranjero El gran Lebowski El hombre de al lado El rey pescador Elvira Lindo En el estanque dorado ensayo esculturas Estupor y temblores Eudora Welty Eventos Ewan McGregor Fahrenheit 451 Fatih Akin Félix Fdez. de Castro Feos atractivos Gabriel García Márquez Gastón Duprat Gerard Depardieu Giorgos Lanthimos Gorazde Zona Protegida Gritar Guerra Bosnia Hachi-ko Hellblazer Hermanos Coen Historias de hospital Hotel Almirante Ian McEwan Iciar Bollaín ilusión J.M.Coetzee James Gray Japón Jaume Balagueró Javier Gurruchaga Javier Tomeo Jay Smith Jean Becker Jeff Bridges Joaquín Phoenix Joe Sacco John Cleese John Cusack John Irving José Luis Cuerda José Saramago Joseph Conrad Juan José Millás Juanjo Sáez Julianne Moore Julio Cortázar Ken Loach Kevin Kline kindle La noche boca arriba La ofensa Lars Von Trier Las alas de la vida Laura y Julio Lawrence Durrell Le Corbusier Les Luthiers Lisa Cholodenko Literatura Lo bueno si breve 2 veces bueno Lo que me queda por vivir Los chicos están bien Los enemigos Luis Tosar magia Maldito karma Margaret Atwood Mariano Cohn Mario Vargas Llosa Mark Ruffalo Mark Wahlberg Marta Rivera de la Cruz Martin Provost Más allá de la vida Melissa Leo Meryl Streep Michael Palin Microrrelato Midnight in Paris Miguel Gallardo Miguel Roig Mis tardes con Margueritte Monty Python Mostar Murakami Música Nabokov Nantes Natalie Portman Neil Gaiman Neologismos Ni de Eva ni de Adán Nick Hornby no sucedió Nobel Nouvelle Vague novela Ohran Pamuk Óscar Wilde Óscars 2011 Pà negre Paolo Giordano pastel de puerros Pastoral americana Paul Auster Pedro Mairal Películas Philip Roth Primos Próxima estación Pudor Que veinte años no es nada Quim Gutiérrez Raúl Arévalo Ray Bradbury realismo mágico REC Recetas recomendaciones Relatos retratos Ricardo Menéndez Salmón Roberto Bolaño robótica Rojo y negro Salvatierra Santiago Roncagliolo Sarajevo Scott Cooper series Seu Jorge Situación hipotética Sophie's choice stands Star Wars Stefan Zweig Stendhal Stephen Frears Stephen King También la lluvia Tan cerca de la vida Terry Gilliam The artist The descendents The fighter The help The Rip Tide tontunas Trabajo Truman Capote versiones vídeos Vincent Cassel Winter's Bone Woody Allen Yolande Moreau

^.^