Para Elisa.

No soy demasiado mística, ni esotérica, aunque me gustaría creer en las señales y en ciertas cosas, más que nada porque probablemente sería más feliz. Sí es cierto que me gustaría pensar que nada es casual, que todo acaba colocándose en su justo sitio, y de hecho propicio esas situaciones muchas veces. Pero eso no quiere decir que crea, eso es provocar magia... y magia es ilusión, pero también es trampa.

Pero ¿Y qué más da que sea trampa si funciona? ¿Qué mal hay en llamarlo ilusión? Ninguno. ¿Qué importa que c3p-WEBO sea un truco, si emociona, qué más da si las piedras no hablan, si a ésta le he prestado mi voz?

O quizá me equivoco. Quizá ésta piedra nos ha manipulado a Elisa y a mí para conseguir llegar a Cristina. A su casa. Me gustaría poder creer esto.

En cualquier caso, aquí dejo constancia de la carta que la piedra le escribió a Cristina. Éste post es para Elisa, para que sepas que la piedra ya está en su lugar, y ha sido muy bien recibida. Y para darte las gracias.

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Hola Cristina.

Sin duda te preguntarás quién soy. No te culpo: uno no recibe cartas personales hoy en día ¿Verdad? Tranquila, soy un alma amiga o quizá gemela, quién sabe.

Aún no nos conocemos y, sin embargo, yo llevaba bastante tiempo buscándote. Me ha costado mucho dar contigo, no creas, pero por suerte tiempo es lo que me sobra, y cuando me hablaron de ti supe que eras tú y que te había encontrado, por fin. De hecho hace un tiempo te noté cerca de cuando en cuando y, como si fuésemos imanes, supe que venías a Valencia muy a menudo aunque no llegamos a encontrarnos ¿Lo notaste tú?

De todos modos, el destino tiende sus hilos y los entreteje aunque se lo pongamos difícil y, así, del mismo modo en que te reencontraste con Paco, tu amor, hoy vas a encontrarte conmigo, tu talismán.

Los años y la naturaleza no han pasado en balde y encontrarás que me han marcado un poco, aunque sé que eso no sólo no es importante, sino que me hace más bella. Siempre han dicho que mi llegada trae grandes comienzos, así que estoy doblemente feliz por haberte encontrado justo ahora. También dicen que calmo las emociones aunque me mande y marque la Luna. Quizá he aprendido de Ella justamente eso: que aunque todo crezca o mengüe, aunque cambie todo constantemente… aceptarlo es una buena manera de estar en paz.

Si la intuición no me falla, y no me suele fallar, creo que vamos a estar muy unidas. Pero si no es así sólo te pediré una cosa: que me dejes acompañarte en las noches de Luna llena. Prometo ayudarte con mi compañía a calmar la vida y a darte toda la paz que no he podido darte antes. No me culpes, fue porque no te encontraba.

Ahora todo se acomoda. Todo encuentra su sitio.

Echaré de menos a la persona que me ha cuidado hasta ahora en Valencia, ayudándome a buscarte. Y aunque los conozca poco, echaré de menos a los dos amigos tuyos que han facilitado mi llegada a tus manos. Ellos han hecho que conociera a Paco, y todos juntos han ayudado a que el destino nos una a ti y a mí.

Y es que no podía ser de otro modo.

Espero que tú sientas lo mismo.