Cuando uno llega a ciertas edades ya no puede quedar para tomar un café tranquilamente con los amigos del instituto, los de toda la vida. No puede, no, porque aparecen con uno o dos hijos de edades comprendidas entre los tres y los seis años, y ahí es imposible charlar de nada o ponerse al día entre gritos, juegos, llantos, pises y mocos.
La cosa es más estresante cuando - por cuestiones geográficas - ese café se da sólo una vez al año, con lo que no poder hablar con ellos durante esa mañana de desayuno y guardería supone perder la oportunidad de saber de ellos hasta el año siguiente.
Suelo pensar entonces en que menos mal que se me está pasando el arroz y sigo con la misma vida inestable de siempre, aunque al mirarme la pancita crecientemente navideña me planteo que si es niña la llamaré Cigala y si es niño no le quedará otra al pobre que llamarse Turrón.
Lo bueno de todo esto es que los niños de entre tres y seis años suelen ser grandes sabios e inmensos pensadores que, con los años, irán yendo a menos. Escucharlos es aprender, es crecer, es plantearse cosas que ya habías olvidado. Y es así como, pegando oreja, puedes encontrarte con fragmentos de conversación como éste:
- En mi clase hay niños que dicen que los Reyes Magos son los padres, pero yo no me lo creo.
- En mi clase también lo dicen, y yo creo que tienen razón.
- ¿Y por qué?
- Yo creo que los Reyes Magos no existen, son los padres, pero Papá Noel sí existe, eso seguro.
- ¿Y por qué seguro?
- Porque Papá Noel me ha traído la Nintendo DS y mis padres no tienen dinero.
El año que viene, cuando los vea, estos niños serán ya demasiado mayores - siete añazos - y ya habrán descubierto que los Reyes son sus padres y Papa Noel sus abuelos.
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6 amiguetes que comentan.:
Así es. Creo María que si te esperas podrás tener un robot, al cual podrás desconectar frecuentemente.
Cuando D. se enteró de que los Reyes Magos eran los padres se llevó el correspondiente disgusto, pero aseveró que menos mal que Papa Noel sí era de verdad. Le dijimos que tampoco. Las lágrimas si llegaron al río. Viendo que el trauma era descomunal, su hermana C. dijo: "Pues si te lo tomas así, mejor que sepas que el Ratoncito Pérez tampoco existe".
Han pasado diez años, creo que ya se hablan los hermanos.
Me gustan tus divagaciones.
Y eso de que se te ha pasado el arroz..., ¡pero si eres una niña!
Las reuniones con enanos son la raiz de que se espacien todavia mas.
Los padres les encuentran encantadores, pero los otros, pesados.
Y la conversacion, imposible.
Y no te confies en que crezcan, entonces apareceras tu con los tuyos (jejeje).
¿De verdad son los padres?
Por eso debe ser que hace tanto que no pasan por mi casa.
No puedo dejar de reir leyendo tus divagaciones, la estampa es muy real. Y niña, eso de que se te ha pasado el arroz...
Esos locos bajitos en general son geniales. La mía está ahora por los Madriles, te has librado.
Para no herir susceptibilidades sólo diré que existe un libro titulado "Los niños son tontos, tírales piedras".
No diré más.
Ximens, desde luego tu hija C. tiene muy mala leche, jajajajajaja XDDD
Guille, la única gracia que tiene la navidad para mi son los críos.
Elysa Jr está en Madrid?? Vayapordios!
Banshee, juaaaaaaaaaaaaaaaa. Como no creía que pudiera ser una coña por tu parte, lo acabo de mirar en google y veo que el libro existe, jajajajajajajaja.
Me voy a cenar, luego lo miro bien XDDD
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