“Las únicas secuencias que puedo soportar en la serie de La Guerra de las Galaxias son esas escenas tranquilas de la segunda parte, El Imperio contraataca. O más bien la que era la segunda parte, antes de que la cuarta se convirtiese en la primera, convirtiendo en tercera a la segunda”
Nick Hornby , “Cómo ser buenos”.
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Desde que vi que a la genial novela “Desgracia”, de Coetzee le plantaban el sello de best-seller en la portada, yo ya no sé qué es un best-seller. De vez en cuando me he encontrado ese sello en alguna novela y me he quedado fuera de juego. Me vienen a la cabeza dos novelas vueltas a publicar recientemente, de bolsillo: “El amor en los tiempos del cólera” de Gabo, y “Expiación” de McEwan (genial novela con versión cinematográfica infame).
La conclusión que saco es que una novela que en su primera edición no era considerada best-seller, pasa a serlo inmediatamente después de que se estrene su versión en cine. Otra cosa no se entiende. (“Desgracia” un best-seller, vamos hombre, no me j… )
Pero ese no es el caso. Yo iba a decir que hay best-sellers y best-sellers. Yo los divido en entretenidos o infumables.
Paso a dar mi definición de best-seller infumable:
Serían todos aquellos libros-tocho que necesitan nada más que 900 páginas para contarnos que un investigador privado busca el Santo Grial oculto rascando en una pintura del siglo XVII y mientras le da vueltas al tema conoce a una periodista sueca muy inteligente y muy guapa que le ayuda a descubrir que una serie de letras salpicadas y encriptadas por el cuadro, desvelarán - cuando sean convenientemente descifradas - que el obispo es en realidad la encarnación de mal y está metido en ritos satánicos horribles que convendrá detener antes de que la víctima sea la periodista sueca (y a estas alturas novia enamoradísima del detective privado que será, obviamente, un chulazo macizo) que, cómo no, acabará a punto de ser sacrificada sobre un altar de piedra en alguna cripta, a menos que acierte a adivinar que la forma de detenerlo es en realidad un complicado movimiento de ajedrez.
Serían todos aquellos libros-tocho que necesitan nada más que 900 páginas para contarnos que un investigador privado busca el Santo Grial oculto rascando en una pintura del siglo XVII y mientras le da vueltas al tema conoce a una periodista sueca muy inteligente y muy guapa que le ayuda a descubrir que una serie de letras salpicadas y encriptadas por el cuadro, desvelarán - cuando sean convenientemente descifradas - que el obispo es en realidad la encarnación de mal y está metido en ritos satánicos horribles que convendrá detener antes de que la víctima sea la periodista sueca (y a estas alturas novia enamoradísima del detective privado que será, obviamente, un chulazo macizo) que, cómo no, acabará a punto de ser sacrificada sobre un altar de piedra en alguna cripta, a menos que acierte a adivinar que la forma de detenerlo es en realidad un complicado movimiento de ajedrez.
O similar (también incluyo todos aquellos tratados de autoayuda que creen que por meter dos personajes planos… zas! Ya tienen una novela).
Los que podrían entrar en mi categoría de entretenidos, por ejemplo, son Stephen King y Nick Hornby. A King me encanta llevármelo a la playa y he de decir que el tipo es lo más hábil que existe creando tensión y consiguiendo que el lector no se aburra ni se le escape jamás, que es lo que debería lograr siempre un best-seller.
Nick Hornby es inglés, así que no va mal servido de humor de su tierra. Es el responsable de la novela “Alta Fidelidad”, con peli posterior de Stephen Frears y protagonizada por John Cusack (me encanta) y el ultra petardo de Jack Black. No he leído la novela, pero la peli es muy divertida, sí señor.
4 amiguetes que comentan.:
Alta fidelidad se ha convertido ya en un peli de culto.
Cierto es, Mr. Guille. Tampoco es de extrañar ¿no? es un poco el mismo fenómeno de "Atrapado en el tiempo" a la que no sólo hemos convertido en peli de culto, sino que además le hemos cambiado el título a "El día de la marmota", juasssssssss
Me encanta tu versión de best-seller infumable, es total y con la que estoy de acuerdo al 100%
Besostes.
¿Verdad? es como una fórmula matemática con x variantes que siempre se cumplen. Es como una receta en la que el cocinero confía siempre a 100% porque el comensal acaba siempre bien lleno o empachado.
También son, sin embargo, las novelas que se venden y que permiten que el mercado editorial no se hunda. Gracias a ellas podemos leer otras cosas así que: bienvenidas sean.
O yo qué sé XD
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