La gente egocéntrica me suele aburrir: las personas que solamente viajan alrededor de su ombligo como único epicentro del mundo me suelen provocar rechazo y bostezo al 50 %. Éste tipo de persona piensa siempre que su vida es muy interesante y en el 98% de los casos no es así. Amélie Nothomb supongo que forma parte del otro 2%, y por eso me gusta.
Imagino que uno puede ser egocéntrico con motivos cuando ha vivido en medio mundo durante su infancia y adolescencia. El resultado es una belga con corazón nipón, que además ha vivido en China, Birmania, Bangladesh, Laos y Estados Unidos. Con semejante maleta era imposible que Amélie fuese una persona sencilla, o una escritora más.
A mi me la descubrieron hará unos tres o cuatro años. Alguien me regaló su propio ejemplar de “Ácido sulfúrico” (y de paso se desembarazó del libro) y me dijo algo así como Seguro que te gusta, es una novela muy rara. Decidí tomármelo como un cumplido y pensé que más raro era que a la gran mayoría de los lectores les interesara tanto las aventuras niponas de una serie de adolescentes sacados de una coctelera imposible que mezclaba imitaciones cutres de Holdens Caulfields de ojos oblícuos (más quisiera que parecerse a J.D.) con comics Manga. Esto es una adivinanza, va.
Pero yo estaba con A. Nothomb: “Ácido sulfúrico” es una novela que se lee en hora y media y que te puede encantar, u horrorizar, o lo que se os ocurra menos dejaros indiferentes. Las premisas: un programa de televisión, un realitie de cuyo casting salen aceptados varios carceleros sanguinarios. A los presos los secuestran por las calles. Cada semana el público vota a quiénes de los presos más débiles se deberá fusilar. ¿Os suena todo esto tan lejano? ¿A que no?
Hoy he leído otra novela de Nothomb que se lee en un pis-pas: “Ni de Eva ni de Adán”. La protagonista es ella misma, con su propio nombre y apellido, y lo que nos cuenta es una historia de amor supuestamente real que vivió en Tokio a los veintiún años. No es la primera ni la segunda novela donde su protagonista es ella misma: Ególatra, un rato. Pero mira, es igual: me he reído mucho con el choque belga-nipón, con las diferencias culturales abismales: desde la comida a la literatura, desde las costumbres hasta el idioma. La amiga Amélie tiene un sentido del humor bastante ácido (no en “Ácido sulfúrico”, sí en ésta más autobiográfica) que a mí me hace mucha gracia, y me ha encantado descubrirlo hasta el punto de estar feliz porque, como escribe una novela al año desde el 92 y yo sólo he leído dos… me quedan unas cuantas.
Eso sí, si alguien se anima a leerla, yo me fijaría antes en la bibliografía: más que nada porque las autobiográficas es de suponer que merecerá la pena leerlas cronológicamente (yo ya he empezado mal, para variar).
Pese a que “Ni de Eva ni de Adán” es una historia de amor focalizada en su personaje masculino (Rinri) y supongo que para hablar de su amor a Japón, no es una novela pastelosa en absoluto, ni hay almíbar por ninguna parte y, sin embargo, medio oculto entre la ironía y rascando, tiene su punto de ternura.
Diría que Nothomb o te encanta o la odias. Dudo mucho que deje indiferente, pero no sé. Veremos.
4 amiguetes que comentan.:
No conocia a esta autora. ¿Cuándo voy a leer a tanta gente?.
Gracias por compartir lecturas
Yo cuando leo mucho no escribo nada. Y sólo escribo si tengo dos o tres horas tranquilas por delante, cosa que últimamente no sucede :/
Bueno, cada cosa tiene su momento, supongo. :)
Un abrazo, Ximens.
De tanto oír hablar de ella en un tiempo, como qué pasé, una más..., me la encontraba por todas partes como un best-seller y ahora vas tú y me cuentas esto y qué encima se lee en un pis-pas, pues bueno espero que en la biblio tengan algún título suyo, porque, aunque no viene a cuento Abril Rojo me encantó, y Lo que me queda por vivir, me está costando un poco engancharme a ella, me estoy enrrollando y no sé cuanto da esto.
Besos.
Me la apunto, por lo que nos cuentas es interesante, normalmete me gustan tus sugerencias y si se lee rápida mejor.
Ah, y cuando leo, tampoco escribo y eso que leo para ver si así me inspiro.
Besinies
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