Hará cosa de un año, Marta Rivera de la Cruz fue la encargada de tutorizar una clase sobre una lectura de Gabriel García Márquez a la que tuve el placer de asistir. Acabo de leer una de las primeras novelas de de la Cruz y ya no creo que la elección de Márquez fuera casual.
“Que veinte años no es nada” tiene un protagonista indiscutible, una ciudad de provincias situada en ¿Galicia?: Ribanova. Ribanova es su Macondo, pues.
Allí se entretejen un montón de historias, un sinfín de hilos tendidos que te enmarañan, te enredan, te atan en corto y te embarullan. A medida que avanzas en la historia todos esos hilos van conformando el tejido de una sola historia y todo tiene su por qué, su lugar y su momento. Hay, incluso, tramas que se entretejen como ficción dentro de la ficción, cosa que me encantó. Aparecen dos personajes, dos solamente, que no tienen nombre… Y son justamente dos personas reales que no desvelaré porque es un placer para el lector descubrir por sí solo quiénes son.
Recuerdo que en aquella clase le pregunté a Marta sobre el realismo mágico, creyendo que era G.G. Márquez su máximo exponente. Nos contó que el término fue acuñado por un alemán (no recuerdo quién y no tengo ganas de buscarlo) y que para ella el primero fue Alejo Carpentier, aunque se ponía en duda. Nos contó una aventura por Sudamérica que le hizo comprender cómo el surgimiento del realismo mágico era algo lógico y natural por aquellas tierras.
“Que veinte años no es nada” está lleno de detalles, también, que no sorprenden al lector porque no sorprenden a los personajes.
Es una novela tierna, llena de personajes en su mayoría limpios y con historias increíbles (por geniales) detrás. Es una historia de amores imposibles y también una red de redes de una comunidad fantástica que nunca se sabe bien qué lugar en el tiempo ocupa (o yo no he sabido, ojo). Quizá, seguramente, sea intencionado eso y le sirva a la escritora para hacer flotar a Ribanova en un paréntesis mágico temporal. No sé.
A mí me ha gustado mucho.
Como curiosidad, resulta que en la novela posterior “En tiempo de prodigios” (con la que quedó finalista del Planeta 2006) también se menciona Ribanova y suceden hechos allí. También en “Hotel Almirante”. Lo que ya no recuerdo, aunque es más que probable, es que recurra a personajes secundarios una y otra vez. Su última novela, sin embargo, transcurre en Madrid.
O sea, que Ribanova además de su Macondo particular, sería un poco como el Yoknapatawpha de Faulkner.
Me da mucha rabia no haber leído esta novela antes de conocer a la escritora, me hubiera gustado preguntarle algunas cosas y el tema no se hubiera ido demasiado de la clase sobre G.G. Márquez y el realismo mágico. En absoluto.
4 amiguetes que comentan.:
Otra novela a la lista..., mejor, así espero tener tiempo para leerlas todas.
Gracias por abrir sendas en este bosque de papel.
Estoy como Ximens, otra a la lista... La pintas mjuy bien y como que me atrae ver quien son esos personajes.
Besotes.
Yo creo que os gustará (cualquiera de sus novelas). Yo he leído tres y ésta tiene un halo mágico que las otras dos no tienen. Quizá sea la que más me ha gustado, no sé, las tres están muy bien.
El personaje sin nombre (y su pareja) se acaba mencionando en la novela refiriéndose a su nombre propio, pero no en el momento en el que se cuenta su paso por Ribanova...
Y hasta ahí puedo leer.
Me dejas con la intriga. El título me gusta mucho.
Abrazos
L;)
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